Esta es la historia del club Atlético San Lorenzo de Almagro, que esta llena de una pasión incalculable, del sueño juvenil de aquellos chicos fundadores de 1907, que fue creciendo alimentado por el amor incondicional de todos sus hinchas de todas las épocas, hasta verlo transformado hoy en uno de los clubes más importantes y poderosos de Argentina.

Almagro, Boedo y adyacencias, mostraban hacia 1907 el pintoresquismo de los suburbios de la Ciudad. Algunos caseríos agrupados entre calles empedradas; bañados, lomas, baldíos, hornos de ladrillos, chacras o sembrados con norias. Zona de compadres y personajes de la bohemia de antaño, la presencia de Evaristo Carriego, y sus evocaciones a los humildes. La polvareda levantada al paso de algún tranvía a caballo o la tranquilidad de pacíficos moradores alterada cuando el picado de barrio se daba cita, protagonizados por las famosas "gavillas de barrio".
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Aquellos conjuntos de muchachos terribles, que ponían la nota de terror, en el lugar elegido por la calle México, entre Quintino Bocayuva y Treinta y tres orientales. Por eso puede decirse de ese entonces lo que tantas veces repitiera el padre Lorenzo Massa: "La capilla y sus alrededores eran el limite de la parte poblada de la ciudad, como si dijéramos la pampa". Empero, de ese grupo de pichones, era la que con fines meramente deportivos capitaneaba un muchachote de gran corazón y que gozaba de singular simpatía y respeto entre sus compañeros. Se llamaba FEDERICO MONTI. Corría el año 1907 y el fútbol, ese juego importado por los ingleses había dejado ya su huella profunda en el gusto y el sentir de los habitantes de estas tierras. En el barrio de Almagro, en sus calles de tierra, en sus campitos y despoblados, un grupo de chicos de condición muy humilde, en su mayoría hijos de carboneros y canasteros lo practicaban a diario y a toda hora con un fervor incalculable y una pasión sin limites.
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La esquina de México y Treinta y Tres era el punto de reunión preferido por estos purretes que ahí sé reunían para dar rienda suelta a su pasión futbolera. Por pura casualidad o tal vez guiados por el amor de Dios, la mayoría de las barras de aquella zona habían elegido como punto de encuentro para darle a la redonda, los alrededores del Oratorio de San Antonio ubicado en México 4050, donde los curas salesianos desarrollaban su labor pastoral y educativa guiados por la mística y el fervor del Padre Lorenzo Massa, siendo este cura quien se transformaría con el paso del tiempo en la piedra fundamental para la fundación de esta amada institución nuestra.
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Jugar en la calle les resultaba a estos chicos cada vez más difícil, algunos vecinos se quejaban, a veces la policía los corría y entonces surge entre ellos la idea de formar una institución y poder de esta forma practicar este deporte apasionante en una forma un poco mas organizada. Recursos no había, ellos eran solo unos niños y sus padres eran de condición humilde, la mayoría de ellos militantes socialistas de la primera hora, de profesión canasteros o carboneros, eran muy pobres y solo podían brindarles con el fruto de su trabajo las condiciones mínimas de alimentación, vestimentas y estudios básicos. Teniendo como único y fabuloso capital una pelota de fútbol, comienzan a darle forma a la creación de ese sueño juvenil al que llamaron Forzoso de Almagro. Este nombre tan curioso y particular quería expresar según quienes lo eligieron, "QUE TENÍAN MUCHA FUERZA Y QUE PARA VENCERLOS HABÍA QUE ROMPERSE TODOS Y QUE ESTABAN DISPUESTOS A SALIRSE SIEMPRE CON LA SUYA, POR LA RAZÓN O POR LA FUERZA".
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A la luz de uno de los pocos faroles alimentados a kerosén existentes en la barriada, hicieron una noche la primera reunión en la esquina de México y Treinta y Tres, se juraron seguir jugando juntos en el nuevo club y al día siguiente comenzaron a "torear" a los otros equipos de la zona y de barriadas vecinas, escribiendo en las paredes del barrio "Forzoso de Almagro desafían". El líder carismático y conductor de estos chicos se llamaba FEDERICO MONTI, jugaba de centrohalf, no existían los números de las camisetas en aquel tiempo, y por su alta y reconocida responsabilidad le dieron el cargo de tesorero del grupo.
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Precisamente la familia de Federico fue la que le regala a los chicos la que seria su PRIMERA CAMISETA representativa, era de COLOR BORRAVINO CON PUÑOS Y CUELLO BLANCOS y debían que cuidarlas mucho porque otras no había y las posibilidades de conseguirlas eran casi nulas. Comienza así un rosario de éxitos deportivos lo que les da cierto prestigio en la zona y las barriadas vecinas, los desafíos se sucedían y llegaron a jugar varios partidos por semana con singular éxito lo que los comenzó a tentar para intervenir en algún torneo. Faltaba para darle seriedad al proyecto algo elemental pero indispensable, un sello, para poder enviar de esta forma sus desafíos y notas al Diario La Argentina, periódico este que era el nervio motor y aglutinante de tanta pasión futbolera.
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Pero la compra del sello no resulto nada fácil, su costo era de siete pesos con veinticinco centavos, valor bastante elevado para sus posibilidades, pero después de algunas colectas se junto el dinero y LUÍS GIANELLA es el encargado de adquirirlo en un negocio de Rivadavia y La Rioja. Este simple adminículo potenció el ánimo de los muchachos que comenzaron a sentirse a partir de él, como que eran, ahora si, verdaderamente importantes. En su afán de progresar comenzó a tomar cuerpo la idea de tener una cancha, si comprar el sello fue toda una odisea, pensar en tener una cancha era directamente una misión imposible. Pero la mano generosa de Dios seguramente habrá estado extendida para provocar un hecho fortuito que desencadeno finalmente en el logro de este campo deportivo propio. Un tranvía, un simple tranvía de la línea 27 fue el que produjo el hecho desencadenante para poder tener la primer cancha propia. Los chicos estaban jugando en la calle y el Padre Lorenzo los miraba desde el oratorio, pudiendo de esta forma presenciar un accidente que pudo haber sido trágico pero que felizmente termino bien.
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Uno de los chicos, JUANCITO ABONDANZA, en el fragor de la lucha fue a dar contra el tranvía y después de acordarse de toda la parentela del motorman, desapareció del lugar, el Padre Massa asustado se acercó y le preguntó a LUÍS GIANELLA quien era el lider del grupo "Carbuña" le contestó Luis refiriéndose a FEDERICO MONTI, quien estaba saliendo de un negocio con una bolsa de carbón al hombro, el cura lo encaró y le dijo de los peligros de jugar en la calle y que Juan Abondanza había tenido para con el motorman, un vocabulario que no era precisamente "el de un angelito del cielo", provocando con su sutil comentario, una sonrisa socarrona y cómplice de los amigos del bueno de Juancito. Les dijo entonces, que era imposible seguir jugando en la calle y agregó: "Dentro de la iglesia tengo un terreno que si ustedes se animan a limpiarlo y emparejarlo, yo les prometo que les hago fabricar los arcos para que puedan jugar ahí". para finalmente agregar: "La única condición que les impongo para hacer la cancha dentro de la iglesia es que concurran a catecismo y los Domingos a escuchar misa..."
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A los chicos les seducía mucho tener esa cancha pero no querían aceptar, es que eso de estudiar catecismo y concurrir a misa parecía "un castigo muy grande", es así que rechazan la oferta, pero según contó oportunamente, CAYETANO MOLTENI, un contemporáneo de aquellos tiempos: "El cura finalmente, los engrupió a todos con un sellito y un juego de camisetas y los metió adentro de la iglesia".
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Agrega CAYETANO MOLTENI: "Era muy vivo el cura, un gran entusiasta y un gran emprendedor y era argentino, trabajó más que ninguno por el futuro San Lorenzo y cuando se retiro fue porque la iglesia lo envió a la selva Tucumana a crear escuelas y brindar educación, había llegado al Oratorio de San Antonio, procedente de la iglesia de San Carlos, vecina del lugar".
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La grandiosa institución que hoy después de más de 90 años amamos y disfrutamos, ya estaba en marcha! Forzoso, fue un nombre que puso Luisito Manara, un chico muy bueno que se murió jovencito, a los 16 años, de tifus. Luisito decía que se tenía que llamar Forzoso de México, pues eran casi todos de esa calle, pero FEDERICO MONTI insistía en que no debía variarse la denominación “de Almagro” al final en honor al barrio. Con ese nombre jugaron sólo dos o tres meses, el primer partido fue contra Estrellas de México, otro equipo de la zona, al que vencieron 2 a 1.
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Luego le ganaron al Jorge Brown y al Laureles Argentinos. Como no perdían ningún partido, el cura les dijo el domingo les voy a traer un cuadro muy bravo a ver si a esos les pueden ganar. También voy a traer dos juegos de camisetas y los sorteamos. Uno es verde y blanco a rayas horizontales y otro azul y rojo también a rayas horizontales, la camiseta que tenga el equipo ganador queda para ustedes. Trajo un cuadro de San Francisco que era muy poderoso, sortearon las camisetas y a los chicos les toco las azules y rojas, ganaron 5 a 0 y nunca mas se sacaron la azulgrana del pecho.
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La cancha de Forzoso de Almagro dentro de la iglesia ya era realidad y un día al finalizar un partido ANTONIO SCARAMUSSO se apersono al cura y le dijo: "Padre, queremos hacer una asamblea del club y le pedimos a usted si nos puede facilitar algún lugar para poder hacerla...", el cura lo mira y entre sorprendido y embelesado por tanta sana inocencia le dice: "¿Asamblea?, .¿Y donde están los socios?". Scaramusso lo mira y le dice: "Aquí Padre, somos todos nosotros”. El cura apabullado por tanta candidez le responde: "Muy bien, usen entonces el aula de los alumnos de la capilla”. Y Scaramusso agradecido lo invita para que presencie esa primer asamblea.
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Finalmente el MIÉRCOLES 1º de ABRIL de 1908, se realiza esa primer e histórica asamblea de Forzoso de Almagro a cuyo termino quedaría constituido para siempre el CLUB ATLÉTICO SAN LORENZO DE ALMAGRO. Constituidos todos los muchachos en el aula del Oratorio de San Antonio, de la calle México 4050 de la Capital Federal de la República Argentina, LUIS MANARA nervioso y tembloroso, casi superado por tan magno acontecimiento, fue el encargado de leer el acta anterior.
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Con una gran emoción comenzó su histórica lectura, seguramente sin suponer o imaginar siquiera que, por usar un termino futbolero, estaba dando el puntapié inicial de una de las instituciones, a futuro, más grandes y gloriosas del Fútbol Argentino. Con sus escasos años adolescentes, se paró frente a todos sus compañeros y al Padre Lorenzo Massa y dijo con vos emocionada y valiente: "Buenos Aires, 1º de Abril de 1908, reunidos en asamblea los integrantes del Club Forzoso de Almagro...". El Padre Massa se puso de pie e interrumpiéndolo dijo: "¿Forzoso? ¿Qué es eso?" Antonio Scaramusso le explica el porqué del nombre: "Padre, quiere decir que estamos dispuestos a ganar siempre, que queremos dar a los clubes del barrio muestra de pujanza y que no admitimos rivales en el fútbol". El sacerdote trata de convencerlos de que ese no era un nombre digno de un club deportivo y les propuso que trataran de adoptar una nueva denominación, comenzando así un interminable debate donde se propusieron los más diversos nombres como: EL CENTINELA DE QUITO, EL TRIUNFADOR DE ALMAGRO, EL ALMAGREÑO, RIO DE LA PLATA, ALMAGRO, EL INVENCIBLE, CESTOS Y CANASTAS, entre otros.
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FEDERICO MONTI no aceptaba cambiar de nombre, pero dejó finalmente una puerta abierta proponiendo que podría cambiarse el nombre siempre y cuando el nuevo tuviera la denominación "de Almagro" porque ese era el barrio donde esta ilusión había nacido y si no se respetaba él se retiraba de la reunión, agregando: "encima hay que modificar el sello y nosotros no vamos a poner un solo centavo para eso, en tal caso espero que el Padre se haga cargo de los gastos”. LUÍS GIANELLA sugirió llamarlo “LORENZO MASSA” en honor a todo lo que el Padre hacía por ellos, atendiendo a la inquietud de nuestro notable puntero izquierdo y sin dejar de contemplar el pedido de Federico Monti en cuanto a preservar la denominación “ de Almagro”, se propone a la asamblea que en homenaje al cura y a la voluntad de Federico se vote por aclamación la denominación: "SAN LORENZO DE ALMAGRO". Toma entonces la palabra Lorenzo Massa, quien se niega a que se utilice ese nombre en "honor a él" pero que sí lo acepta si la asamblea lo adopta "En memoria del santo, cuyo martirio debe ser digno del recuerdo de los cristianos y también como homenaje al primer combate de las fuerzas patriotas, que todo buen argentino debe recordar y perpetuar para gloria y honor de nuestra patria". Y dirigiéndose a todos los presentes pronuncia a viva voz el siguiente histórico testimonio que perdurara para siempre en todos los corazones de los amantes de la casaca azulgrana: "Doy mi conformidad, si ella fuera necesaria, para que el nuevo nombre de este club sea desde hoy “SAN LORENZO DE ALMAGRO” y les voy a decir el porqué. Ustedes quieren ciertamente ingresar lo mas pronto que sea posible a la Asociación Argentina de Football. Para ello necesitan ustedes disciplina, constancia y valor. Y en este nombre “SAN LORENZO” tienen el símbolo de las virtudes y condiciones para caracterizarlos y acompañarlos en todos sus actos.
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El nombre de “SAN LORENZO” nos recuerda un mártir de la iglesia católica y nos recuerda también la primera batalla librada por el General José de San Martín. Imitando el valor y la constancia de San Lorenzo mártir, podrá este nuevo club conseguir y afianzar su posición que lo destaque entre sus similares, hasta llegar a la meta, o sea figurar en el círculo privilegiado de la Asociación Argentina de Fottball, y teniendo presente el primer triunfo de San Martín, fruto de la disciplina, se levantara sin dudas sobre una base inconmovible, pues es la disciplina el nervio de toda institución. Y me agrada además ese nombre con su doble significado, porque me parece que en esta época de cobardía en la manifestación de los propios ideales y de las propias creencias, pone en la bandera del nuevo club la nota robusta que proclama los dos ideales mas nobles que puede abrigar el hombre: RELIGIÓN Y PATRIA”.
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Así entre vítores, aplausos y emocionadas lagrimas, El 1º de ABRIL de 1908, queda fundado para la historia de los tiempos, el CLUB ATLÉTICO SAN LORENZO DE ALMAGRO!