Antes de continuar comentando las
campañas realizadas por nuestro primer
equipo de básquetbol, proponemos al lector
efectuar un pequeño paréntesis, a efectos de
hacer llegar nuestro reconocimiento a
quien fuera el responsable de haber
conseguido la maduración táctica y técnica
de un plantel que durante muchos
años fue uno de los mejores de la época, por
su juego de conjunto y de mucha potencia,
habiendo obtenido los Torneos Apertura
1957/58; Torneo Oficial 56/57/59; Torneo
Metropolitano 1956; Campeón Argentino de
Clubes en 1958 y Subcampeón sudamericano de
clubes, sin olvidar los obtenidos
anteriormente en River Plate.
Esa figura fue nada menos que el mas exitoso
director técnico que pasara por la
institución “Francisco Paco Del Rió“.
.
Con posterioridad a la conquista de San
Lorenzo de Almagro del Torneo Oficial de la
Asociación Buenos Aires, del año 1954 y, de
regreso de los II Juegos Panamericanos que
se llevaron a cabo en la ciudad de México,
se produce la incorporación de Del Río
técnico de la selección argentina.
Paralelamente y a fin de disputar el Torneo
Metropolitano correspondiente al año 1954,
se reforzó el
plantel con figuras de dos
promesas como Carlos Vasino y Heriberto
Fagnani, regreso al club de “afanancio“
Lanzillotta y posteriormente Juan Ruggia.
.
Según la prensa especializada manifestó
sobre el rendimiento del nuevo San Lorenzo “
…
que Paco
del
Río había tenido la habilidad de trasmitir
a sus dirigidos su filosofía y mística sobre
el básquetbol y de conformar un equipo en el
que costaba hacer distingos: Vasino, el
flaquito de acciones personales, cuya
eficacia tremebunda surgía de esas cosas
suyas y de la lluvias de dobles que solía
desatar sobre las defensas adversarias , la
contextura integral de Parizzia, de goleo
implacable y armador cabal sin perder
eficacia; la serenidad y estilo peculiar
siempre al servicio del equipo de Cassetai ;
la juventud en alza de aptitud de Gago; la
llamativa jerarquía de Julián Rodriguez,
los robos y el goleo del flaco Lanzillotta;
la contribución estimable de Juan Ruggia
quien rápidamente se conformo como un valor
de excepción y, dejamos para el final la
figura del “gringo” Fagnani quien,
ante la ausencia de Trama, victima de la
ridícula y brutal inhabilitación esgrimiendo
un falso profesionalismo,
tuvo su consagración haciendo las
veces del inolvidable “cabeza“, se hizo
dueño del puesto conduciendo con clase e
ímpetu en el armado y conducción del equipo
y, además una serie de posibilidades en
divisiones inferiores y en mismo banco de
primera". |