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Museo Jacobo Urso

Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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por Alberto Barja
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HOMENAJE AL TUCUMANO ALBRECHT

 

José Rafael Albrecht, vieja gloria de San Lorenzo de Almagro, murió a los 79 años. El tucumano fue una de las grandes figuras del fútbol argentino en la década del 60. Surgido en Atlético Tucumán, pasó los mejores años de su carrera en el club de Boedo, desde donde llegó a la Selección Argentina, con la que disputó los Mundiales de Chile 1962 e Inglaterra 1966...

 

 

Albrecht, que defendió la casaca azulgrana entre 1963 y 1970, fue parte de la defensa del campeón invicto del Metropolitano de 1968. Era uno de los caudillos de ese equipo que pasó a la historia bajo el mote de Los Matadores. Fue además uno de los defensores con mayor cantidad de goles de la historia del fútbol mundial: convirtió 95 tantos en 506 partidos oficiales. Era un excelso ejecutor de penales, ya que acertó 35 de los 37 que pateó. En 1969, el arquero Ediberto Righi, de Banfield, le atajó uno y ese mismo año falló el otro ante Sportivo Desamparados de San Juan. “Nunca tomé carrera. Al principio daba un paso y le pegaba fuerte al palo opuesto. Después me fueron estudiando y hacía dos pasos y también entraban. Jamás miré a los arqueros. Los observaba de reojo”, contó alguna vez Albrecht el secreto de su fórmula magistral a la hora de patear desde los 12 pasos.

 

 

Antes de llegar a San Lorenzo a cambio de 10 millones de pesos, una cifra estratosférica para la época para un defensor, el Tucumano jugó dos años para Estudiantes de La Plata. Terminó su carrera en el fútbol mexicano, donde defendió los colores de León, ganó tres campeonatos y de Atlas. Su carrera había comenzado en Atlético Tucumán, donde debutó como profesional con apenas 16 años y desde donde rápidamente llamó la atención de los clubes de Buenos Aires. Había nacido en San Miguel de Tucumán el 23 de agosto de 1941.

"Es un astro. Ese es de los que conocen la hora de ir y la hora de quedarse. No necesita ninguna clase de consejo. Sabe todo. Puede jugar aquí y en cualquier parte. Por calidad, personalidad y temperamento", lo definió sin dobleces Elba de Padua Lima, conocido como Tim, el legendario DT brasileño que lo dirigió durante su paso por San Lorenzo. Carlos Buttice; Sergio Villar, Oscar Calics, Albretch, y Antonio Rosl; Alberto Rendo, Roberto Telch, Victorio Nicolás Cocco; Pedro González, Rodolfo Fisher y Carlos Veglio.

Eran los 11 que salían de memoria y conformaron una orquesta sinfónica de fútbol que ganó el torneo en forma invicta para quedar en la historia del fútbol argentino como Los Matadores. Antes había sido parte de otro equipo mítico, Los Carasucias, con aquel once que tenía entre otros intérpretes a Bambino Veira, Horacio Doval, Roberto Telch, Victorio Casa y Fernando Areán.

En 1970, Albrecht consiguió una hazaña memorable al convertir cuatro goles en un partido. Un hecho que un defensor no conseguía desde 1937 en el fútbol argentino. Fue en el 6-3 contra Gimnasia y Esgrima La Plata que se jugó el 29 de octubre en el Gasómetro. Así igualó el registro logrado por otro grande como Victorio Spinetto.

 Albrecht fue atropellado por un tren en 1989 en lo que muchos señalaron como un intento de suicidio. Luego de una prolongadísima recuperación y tras pasar largo tiempo en coma, el Tucumano no sólo logro sobrevivir, sino que también pudo volver a caminar. Tenía por entonces 48 años.

Representó a la Selección Argentina en 39 partidos. Estuvo presente en el Mundial de Chile 1962 y en Inglaterra 1966. Fue expulsado contra Alemania Occidental por un violento planchazo sobre Helmut Haller. "Le pegué con todo: rodilla, muslo y cadera, ¡cómo voló!", expresó tiempo después. 

Fue el mejor del pues, compartió la década del 60 con defensores recios como Roberto Rogel (Boca) y Alfio Basile (Racing) o de fina estampa como Raúl Madero (Estudiantes). Su diferencia fue que además de su capacidad para anticipar y de su personalidad dominante, gestaba fútbol de ataque desde el fondo de su defensa. El tucumano rechazaba, quitaba y si había que poner la pierna fuerte, lo hacía sin rubores. De hecho en el Mundial de 1966, lo expulsaron ante Alemania Federal tras una durísima entrada sobre el delantero germano Wolfgang Weber.

Pero cuando tenía la pelota, tocaba e iba a buscar la devolución. No se conformaba con habilitar al compañero mejor colocado. Apuntalaba el equipo desde atrás y era capaz de llegar hasta el área de enfrente. La mayoría de sus goles fueron de penal. Pero también hizo varios de cabeza o de rebote. La noche del 28 de octubre de 1970 llegó a anotar cuatro (dos de penal) en la victoria de San Lorenzo por 6 a 3 ante Gimnasia. Los viejos tablones del Gasómetro de la Avenida La Plata lo ovacionaron al grito de "Tu-cu-mano, tu-cu-mano".

De aquel jugador de cabellos largos y pantalones caídos que desbordaba personalidad y electrizaba las tribunas con su frialdad para patear penales, sólo quedaba el recuerdo. Y la emoción que su nombre despierta en los viejos hinchas que en los lejanos años '60 lo vieron jugar y no tienen dudas: Rafael Albrecht fue uno de los más grandes defensores de la historia del fútbol argentino. De esa manera estará en la memoria.

 


Parados: Buticce, Albrecht, Rosl, Calics y Villar.
Agachados: Rendo, Veglio, González, Telch, Fischer y Cocco

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