En aquel entonces, se decía que la zona Sur era el futuro. Que la proyección que tenía ese lugar era única, cuando en esa época, del lado de la Avenida General Francisco de la Cruz funcionaban algunas industrias. Pero el inconveniente que despertaba desconfianza, era que frente al viejo Parque Almirante Brown, del lado de Perito Moreno, se aglomeraban unos antiguos bañados, donde los habitantes, entre escombros y tierra, realizaban tareas para subsistir.

La atracción del terreno que obtenía San Lorenzo por parte de la Municipalidad de Buenos Aires no era de lo mejor. Nada que ver a lo que estaba acostumbrado el socio e hincha del Ciclón, que tenía en Avenida La Plata a la sede social y deportiva más completa y mejor ubicada de la Capital Federal. Todo comenzó cuando en 1960, a través de la ley 17.169, la Municipalidad porteña le otorgó a San Lorenzo el Parque Almirante Brown para que realice una sede deportiva con un estadio de fútbol propio, y que el mismo lleve el nombre de Pedro Bidegain, presidente azulgrana que inauguró el viejo Gasómetro de Avenida La Plata en 1916.

Pero para oficializar y establecer la llegada del club de Boedo al bajo Flores, el Presidente de la Nación, el Dr. Arturo Illia, en el año 1965, promulgó la ley 16.792, que establecía la cesión de las 26 hectáreas que ocupaba el Parque Almirante Brown, comprendido entre las calles Av. General Francisco de la Cruz, Perito Moreno y Varela, al Club Atlético San Lorenzo de Almagro, por un período de 99 años.

Además, el Ciclón se adjudicó la manzana comprendida entre las calles Cruz, Varela, Chilavert y Culpina. Hoy ahí yace la Guardería Materno Infantil. Inmediatamente concedidas las tierras, San Lorenzo formó una comisión de trabajo, conocida como CHEPON (Comisión Honoraria Ejecutiva Permanente de Obras Nuevas).

Enrique Pinto, presidente santo en ese año, dio a conocer el detalle de las obras a realizarse. Una de las primeras construcciones en materia deportiva fueron canchas de fútbol, las utilizaba el fútbol juvenil y de tenis. En los años 70, las obras que prosiguieron fueron las de playones, vestuarios, piletas, pista de hockey y una confitería.

A posterior, el 16 de diciembre 1993, luego de una preinauguración en mayo, se inauguró el Nuevo Gasómetro, con capacidad para 40.000 espectadores. Y en 1994, se edificó el actual Salón General San Martín, gimnasio que se practican disciplinas como el básquet, voley, futsal y patín.