El suicida no comete el acto terrible porque sea fin de año, o porque un problema no tiene solución aparente, lo hace después de mucho cuestionamiento, de haber pasado por un terrible infierno por lo general solo y una vez decidido el plan (en qué día lo va a hacer de qué forma, como se va a despedir) es que se ve en él un estado de aparente felicidad, motivo por el cual el entorno suele decir “pero él anoche estaba súper bien”, tras pasar por la llamada “etapa visión túnel” donde la persona solo piensa, fantasea y desea la muerte. Este momento finaliza con el acto. De hecho aunque la persona reciba la ayuda correspondiente durante al menos 3 meses la idea seguirá firme en él, son momentos de mucho cuidado para quien sobrevivió un intento suicida. Hay también distintos casos de suicidios o intentos de suicidio, está quien tiene la intención firme de llamar la atención de alguien dirigido o del entorno entero y por lo general éstos dejan notas, cartas o mensajes codificados. Ahora, hay que tener cuidado igual, porque la persona al usar este recurso quizás de forma codificada nos está contando lo desesperada que esta. Es decir la diferencia importa para el tratamiento, no para el entorno que debe darle mucha seriedad a este mensaje. Esta quien tiene el deseo de matar una parte de sí mismo. Pilar una mujer española de 24 años había intentado matarse 6 veces, en el último caso se arrojó bajo un tren y quedo paralizada de la cintura para abajo tras años de tratamiento entendió “no quería matarme, quería matar a una parte de mí, por eso mi último intento fue perfecto, se murió la Pilar que un día fui, que odie, y hoy si puedo disfrutar de esta Pilar”. Como ven, es un problema muy complejo que hay que tomar muy en serio. Es mentira que el suicida no avisa, ¡si avisa! Solo que avisa en códigos, con indirectas, así como los usuarios de drogas avisan que están abusando de ellas o como cualquiera que esconde un secreto por momentos lo deja ver a los demás. Puede darse también el caso de quien pida por favor confidencialidad en su confesión sobre el deseo de morir, esta confidencialidad no es aconsejable sostenerla. Este es un acto de manipulación por parte del suicida, y quizás sea la única vez que hable del tema, por esto es que hay que romper esa confidencialidad y pedir ayuda. Es de esperar que el confesor sostenga la culpa de haber contado un secreto, pero en la vida todo tiene un límite, nunca tan claro. Resumiendo:
Por Romina Geli |
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