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TRAGEDIA DE LA PUERTA 11 |
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La Tragedia
de la puerta 11, fue un desastre no natural ocurrido
el 2 de julio de 1944, en el Estadio
Monumental Antonio Vespucio Liberti, luego de la
finalización de un partido de fútbol entre
los equipos de River
Plate y San
Lorenzo de Almagro. En una de las puertas de salida
se produce una tragedia de muertes por el
aplastamiento de una multitud contra la puerta
cerrada número 11. Se lamentaron siete víctimas
fatales... |
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Escena del
partido
donde se
señala el
lugar del
accidente.
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El partido concluyo con el resultado
River 2 – San Lorenzo 1, el árbitro fue Bartolomé
Macías, cuya labor fue decepcionante y
produjo el reclamo del los simpatizantes
de San Lorenzo. Estos reclamos pasaron a
incidentes que fueron luego reprimidos
por la acción policial, es en este
momento donde se produce la salida
mediante una escalera en caracol hacia
la puerta 11 cerrada. El caso fue
cerrado indicando que el episodio fue
causado por uno de los muertos que al
caer desencadenó la avalancha.
Evidentemente no se investigaron las
falencias edilicias, la represión
policial sin permitir salida al exterior
ni el cierre de la puerta de salida. La
deficiencia edilicia del Monumental
quedó nuevamente en evidencia cuando se
vuelve a repetir una tragedia de
similares características pero con mayor
cantidad de casos fatales en el año
1968, la tragedia
de la puerta 12. Posteriormente y antes
de jugar la Copa
Mundial de Fútbol de 1978 son
modificadas las salidas de manera de
evitar este tipo de riesgos en
seguridad.
Avanzando por Figueroa Alcorta, a los
pies mismos del Monumental, puede leerse
claramente una plaqueta de mármol que
homenajea a las 71 víctimas de la Puerta
12. Parado frente a ese portón colosal,
hiela la sangre imaginar lo que hace
tiempo sucedió allí. La placa es
efectiva al convocar la memoria, pero
tiene una omisión que la deja
incompleta. Pocos saben que 24 años
antes de esa tragedia, las mismas
escalinatas empinadas, los mismos
pasillos sombríos, la misma violencia
tan nuestra, la misma incompetencia
hecha carne, cegaron la vida de 9 tipos
jóvenes, que concurrieron a ver un
espectáculo y que fueron obligados a
bajar rápido de la popular y nunca
pudieron llegar a la vereda de la
Avenida. El
2 de julio de 1944, en un Monumental a
reventar, River Plate y San Lorenzo se
jugaban una parada importante por la
punta del certamen de AFA. La Máquina
tuvo trabajo extra esa tarde para
doblegar al Ciclón por 2-1, habiendo
arrancado en desventaja por un gol a los
4 minutos de Rinaldo Martino.
Fue un partido charlado y caliente, y
que varias veces se fue de las manos del
ya veterano Bartolomé Macías, juez del
match. A los 33 del segundo tiempo, y
tras una jugada dudosa, Adolfo Pedernera
puso el 2-1 y fue esta la gota que colmó
la paciencia del pueblo sanlorencista,
que ya venía susceptible por la no
sanción de dos supuestos claros penales
en su favor. Lo que prosiguió luego
tiene tantas versiones como intereses
existieron. Podría contarse que la
historia verdadera (no la oficial)
ocurrió mas o menos así: Afiebrados por
lo que creían una injusticia, los
hinchas de San Lorenzo acometieron con
incidentes al cierre del partido. La
Policía no se quedó en el molde y, fiel
a lo que marca su tradición centenaria,
reprimió con virulencia. La gresca
motivó un desbande generalizado de
espectadores que se apuraron por embocar
en las salidas de la popular sin saber
que se metían en la trampa. La puerta 11
estaba cerrada y los molinetes aún
colocados. Asfixiadas, aplastadas,
reventadas, 7 personas murieron en el
acto, y otras 2 lo harían con el correr
de las horas y los días.
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Todos tenían una historia que no
contemplaba ese final. El primero en
morir fue un chico de Villa Luro de 14
años llamado Vicente Pintado. Iba por
primera vez a la cancha. Su caída azuzó
el pandemónium. Carlos Latrecchi (17
pirulos) era vecino suyo dos casas de
por medio pero no habían ido juntos. La
turba lo arrasó. Francisco Enrique y
Francisco Fau eran dos muchachos de 15,
y excelentes estudiantes en sus
respectivos colegios. Rafael De Luca de
26 se había casado el fin de semana
anterior. Alberto Ratti tenía 22, era
Santiagueño y estaba conscripto en la
Marina de Guerra. José Díaz fue la
víctima de mayor edad. Apenas 34. Un día
mas tarde murió en el Hospital Militar
Alberto Martínez (17), tenía el cuerpo
desfigurado por múltiples fracturas. 10
días después del domingo fatal, en el
Fernández, se iría José Alfredo Del
Prado (26), a los pies de su lecho
estaba su esposa, con la que se había
casado un mes atrás.
En Argentina imperaba la dictadura con
Edelmiro Farrell al poder. El golpe
militar del 43 estaba fresco y Perón
olía su oportunidad. El clima era
belicoso e incierto, quizá como producto
de la tensión de la Segunda Guerra y la
vacilante postura Argentina. La masa
comenzaba a animarse a mostrar su
descontento y no hay peor cosa para un
milico que la gente en la calle. Los
uniformados controlaban con la ley del
machete, y los medios ayudaban desde la
censura o directamente desde la mentira.
Solo así se comprende el esfuerzo de La
Nación y La Prensa (los principales
diarios porteños, Clarín aún no existía)
por explicarle a la gente que lo que
había pasado era un accidente ocurrido
por culpa de los propios espectadores, y
no por la inoperancia policial y la
negligencia organizativa. La idea surtió
efecto, pasaron los días, el silencio se
acentuó, al domingo próximo volvió el
fútbol y listo, aquí nada a pasado. Hoy
a casi 67 años del hecho, una par de
cosas quedan claras: Esta fue la primer
gran tragedia del fútbol Argentino.
También fue la mas silenciada de la
historia.
Dicen que una tragedia no ocurre de
casualidad. Ni que hablar dos. De los
vicios y miserias de la autoridad ni
cabe hablar. Son un problema cultural y
quizás insoluble. El karma del
Monumental siempre fueron sus salidas.
No en vano, cuando llegó la hora de la
refacción pensando en el Mundial, los
arquitectos diseñaron las escaleras
caracol, por fuera de la estructura del
estadio, para desagotar las tribunas. A
todo esto, la plaqueta en la Puerta L
todavía está y es bueno que allí siga.
Solo que alguien podría subsanar el
involuntario error y colocar en el frío
mármol el real número de víctimas de
aquellas desgracias demasiado parecidas
y para nada casuales.
Síntesis del partido
Domingo 2 de julio de 1944
RIVER PLATE: 2 SAN LORENZO: 1
RIVER PLATE: Soriano; Vaghi y
Bermudez; Yacomo, Videla y Ramos; Muñoz,
Moreno, Pedernera, Labruna y
Loustau.
SAN LORENZO: Blazina;
Crespi y Colombo; Zubieta, Grecco y
D'Adario;
JC.Heredia, Alarcón, Fizel,
Martino y Mariani.
DT: Hirschl.
Goles: PT: 4m. Martino
(SL); 43m.
Labruna (RP)
ST:
33m. Pedernera (RP)
Juez: Macias
Recaudación: $ 51.000
Cancha: River Plate
Nota: Al termino del
partido se produjo una avalancha de
público en
una tribuna con un saldo de 7
muertos y 18 heridos. |
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Titulares medios gráficos. |
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Portada de LA NACIÓN al día
siguiente. |
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Ángel Zubieta. |
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Salvador Grecco. |
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